viernes, 24 de septiembre de 2010

Athletico



Luego de 25 días de inactividad física, retomé el gym el lunes pasado. Con mucha fuerza y mi eterno problema de control de respiración. ¿Cómo puede algo tan básico ser tan complicado? Como sea, ya había olvidado a los que iban a entrenar a esa hora. No eran muchos y eso permitía tener identificado a casi cada uno de ellos.

Llegué 10 minutos antes de las 7 de la mañana y quedé sorprendido. Mucha más gente de lo normal. Por lo visto se tomaron en serio lo de “se viene el verano” y recargaron las pilas. Y yo no iba a ser menos.

Fui rápidamente al vestidor mientras fichaba algunos valores por el camino. Todo lo que veía prometía mucho. Me cambié en dos segundos y fui a empezar el entrenamiento con sentadillas. Coincidí con un tipo que ya conocía de vista y me llamaba la atención. Tiene lo suyo. Y luego de 25 días de no verle, lo vi cambiado. Mucho más fibroso.

No quiero sonar delirante pero me doy cuenta de que el tipo me mira de otra manera. Siempre nos saludamos y una vez nos pasamos las manos pero no sucedió nada más que eso. A esa hora todavía estoy medio zombie y mis neuronas tratando de despegar por lo que no tengo mucho tema de conversación. Y mi cara puede dar la impresión de que soy muy serio o argelado. ¡Nada más alejado de la realidad!

Volviendo al tema, le saludé y me miró como sorprendido. Noté que le brillaba la mirada. Le pregunté si le faltaba mucho para terminar con la barra que estaba usando y me dijo que sólo una serie más. Me quedé a esperar que termine mientras le miraba la cola sin que se dé cuenta. No tiene mucha cola pero se ve dura, algo es algo, jajaja…

Me dejó la barra y se fue a descansar. Se sentó detrás y me miraba mientras yo ejecutaba mis sentadillas. Hice como que no me daba cuenta y sacaba más cola. Discretamente, por supuesto. La próxima voy a entablar conversación, siento que se muere por hablarme pero algo lo cohíbe. Jeje…

Terminé ese ejercicio y me dirigí a la parte superior del gym. Vi a un nene que siempre me gustó. Ha de tener 23 años y está mucho más fortachón que la última vez que lo vi. ¡Qué brazos! ¡Qué piernas! ¡Qué cola! Era lo único que lograba sacarme de mi estado de zombie madrugador.

Pasó volando la mañana y cerca de las 8 y ya liquidando la rutina de ese día me fui a los bancos para terminar con abdominales. La mayoría de los muchachos ya estaban en el baño aseándose y quedé solo. O eso creía, hasta que vi un tipo de unos 45 años más o menos. Podría ser más pero como exhibía un cuerpo atlético, quedé confundido.

Me tocó ser testigo de una de sus rutinas y verlo ejercitar me excitó. Aproveché que él estaba descansando para pasar al lado y al verme puso una sonrisa de oreja a oreja y me dijo “Hola”. Le devolví el saludo y salí de ahí rumbo a los vestuarios. Su sonrisa fue muy rara, muy en doble sentido. Tengo que estudiarlo más…

El morbo me dejó pensando en eso todo el día. Por fin tengo el combustible que necesitaba para poder levantarme cada mañana a las 05:30 e ir a entrenar. Mucha gente linda, miradas que vienen y van, cuerpos de gloria y espero, que muy pronto, grandes historias...


Los voy a tener al tanto. Mientras tanto, un clip que ilustra mi comeback al gym. Ya sé que me vas a decir que estamos repitiendo a Kylie pero primero miralo y después contame si no es lo más...



You'll never get to heaven if you're scared of gettin' high... 
la la la la la la la la! (freakin' around) la la la la la la la la...


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