lunes, 23 de enero de 2012

Mi Vida Es Una Fantasía



Es así. No tengo la vida de un rey de o una superestrella pero tampoco me puedo quejar. Al menos no en estos días. Podría ser debido al Año Nuevo Chino cuya entrada me había sido anticipada por el buen Andrew Van Der Woodsen (yo soy un cero a la izquierda para calendarios, horóscopos y demás yerbas de esa índole) o quién sabe, tal vez La Fortuna, ya cansada de cagarme la vida en los últimos tiempos, decidió escoger otra víctima a la cual atormentar. ¡Pobre infeliz!




El caso es que me siento querido, mimado por la vida, ciego de delirante ilusión. ¡Así luego! Jajaja... Y no es para menos: estoy teniendo buen sexo (con un barbudo, ayer fue nuestra segunda vez), hoy regresa mi alma gemela (mi disco sister), conocí gente increíble (el gran Ovi con quien me divierto al máximo), las cosas en el trabajo están más calmadas y tengo una larga procesión de fans detrás mío luego de unas fotos en plan high voltage que me tomé, dicho sea de paso, en el sauna. En fin, todo lo que importa en la vida de alguien que se precie.

Con respecto a las fotos, hasta ese momento jamás me di cuenta del impacto que tendrían. Era lo que me faltaba, una photo session que me levante la moral, jajaja... Y sólo fue la previa de la verdadera sesión de fotos que voy a tomarme una vez que consiga una figura aún más atlética y regrese... mi cola. Con tantas preocupaciones, en los últimos meses, perdí 8 kilos de golpe. Y dentro de esos “8 kilos de golpe”  también se perdió “la cola laureada del sooool”. O sea, la mía. :)

Es sólo cuestión de tiempo para que la regrese a su vieja gloria o incluso mejor de lo que nunca estuvo (si es que eso es  posible), así ¡que alguien me detenga! porque no me hago responsable por las miradas babosas que pueda desatar cuando recupere mi esplendor.

Pero no solo de cuerpo vive el hombre. Mi mente se siente tranquila y positiva. Todo lo que está pasando me divierte y me pone de muy buen humor. Tres meses atrás no hubiera podido imaginar que estaría con esta aura. ¡Pero es que ya me lo merecía! Y mi “sexto sentido” está muy calmado. No sé cuánto dure pero aprovechémoslo mientras tanto.

Y hablando de aprovechar, pues sepan bien cómo aproveché mi tarde de domingo con el barbudo, jijiji... Por cierto, todo aquel que me conoce sabe cómo me calientan los barbudos…


Ésta es la imagen: domingo 22 de enero de 2012, 14:40 hs., un calor espantoso de 46º y los pavimentos ardiendo. Llego en raudo vuelo al sauna, casi bañado en sudor. Es tonto pagar por sauna cuando las calles son aún más calientes pero hay que hacerlo pues tampoco puede uno ir circulando en paños menores en la vía pública... todavía.

Había mensajeado con Ovi para vernos pero estaba con visita, estudiando para un examen que se avecina y las chances de que vaya eran muy bajas. Eso me bajoneó mas traté de que no se note. Llegué y no vi a nadie pero escuché voces hacia la terraza, hacia la pisicina. Me cambié tranquilo, hice un poco de sauna seco, una ducha y me dirigí a la terraza para tomar sol.

Al llegar veo a un chico, bastante atractivo y desnudo, nadando en la piscina y al borde, una loca fortachona tomando sol en una tanga turquesa, cuya imagen perturbadora me marcará para siempre. Saludé a ambos y me recosté dispuesto a tomar algo de sol. Recién ahí recordé que no había llevado bronceador. “¡Más imbécil no se puede ser!” pensé. Noté que la loca de tanga turquesa me miraba con ojos de lobo hambriento e hice un comentario sobre mi torpeza en olvidar el bronceador. Inmediatamente me ofreció el suyo. Le dije que no se moleste, a lo que insistió y no me quedó otra que aceptar. Es que en el Colegio Católico nos enseñaron que es de mala educación rechazar la ayuda de los demás. :)

Ya con el bronceador por todo el cuerpo, me desplomé y desconecté del mundo. De a poco la terraza se fue poblando de locas que espantaron a la quietud que reinaba en el lugar. Palabras como “reina”, “divina”, “pluma”, “jeito” (ni idea de qué significa esto último) resonaban en todas las conversaciones y no me pude resistir a sonreír a algunas de sus ocurrencias.

Hasta que llegó esa persona que, sí bien no es amigo íntimo, no me quedó otra más que saludarle por educación pues es conocido común de amistades cercanas. Algo no me cierra en él y para colmo, dicen que me mira con hambre. Recalco “dicen” porque yo siento algo en su mirada pero me confunde porque no lo conozco lo suficiente, así que me limito a escuchar  los comentarios de terceros y a tratar de decirle telepáticamente que deje de mirarme así. Por lo visto soy un fiasco como telépata porque no resulta.

Para mi sorpresa, el chico en cuestión, pregunta insistentemente por Ovi. Le habré dicho más de seis veces que no es seguro que venga porque se encontraba estudiando pero seguía y seguía. Creo que hay gato encerrado en todo esto.

Es cuestión de preguntarle a Ovi por qué tanta inisistencia hacia su persona de repente. Jajajaja... ¿Habrá algo que no nos hayas contado, querido Ovi? :)

Volviendo al bronceado... ¿qué es lo que siempre ocurre cuando uno decide tomar un buen baño de sol? Que el cielo empieza a nublarse. Dicho y hecho. El sol se ocultó y yo ya quedaba ridículo pretendiendo que seguía ahí. Me di una ducha y me metí a la piscina. ¡Qué incómodo fue entrar solo cuando todo el mundo estaba con algún amigo o lo que sea!. Trataba de mirar a la gente pero sus ojos de hambre pudieron más y como soy muy tímido (¿será?) intentaba mirar a lo lejos. Estuve en la piscina hasta que la noche empezó a caer. Pasaba el tiempo y la terraza se fue despejando y el gentío acercándose hacia el cuarto oscuro.

Había cantidad pero no calidad. Más allá del chico desnudo que nadaba en la piscina nada me llamaba la atención. ¡Y le perdí el rastro! ¡Qué rabia! Empecé a dar unas vueltas por la zona oscura pero las cosas que veía, en vez de incitarme y excitarme me enfriaban y alejaban. Bajé, hice mucho sauna y decidí darle una última oportunidad al sexo. Me dije en voz baja: “Hoy el sauna es el Titanic hundiéndose y yo sin salvavidas!” O sea, fracaso total. O eso creía yo, hasta que apareció mi Jack Dawson! Jijiji...


Lo vi al terminar de subir las escaleras a la sala de videos porno. ¡Era el barbudo con quien había estado el fin de semana pasado!. Me quedé WOW! Y me di cuenta de que él también se quedó WOW!. No saludamos a lo lejos y en plan Bad Girl fui caminando hacia su dirección, con la excusa de que iba a ver vídeo. Era obvio que tenía que pasar por él antes de entrar a la sala. Al llegar frente a él me mira y sonríe. Doy mi mejor sonrisa pero sin mostrar los dientes (que tampoco quiero parecer desesperado o fácil) y le pregunto cómo estuvo su día...

Barbudo: ¿Qué tal mi día o qué tal mi tarde?
Yo: ¿Qué tal tu día?
B: Bien, ¿y el tuyo?
Yo: Demasiado bien. Me gusta cómo está el día hoy. ¿Y tu tarde?
B: Aburrida.
Yo: ¡Así luego? Jajaja... ¿Por qué?
B: Porque no hice nada.
Yo: …
B: ¿Vos hiciste algo?



Mi pudoroso espíritu formado en Colegio Católico le quiso responder con algo que le dé a  entender que “yo no vengo aquí exclusivamente por sexo” o “no me acuesto con la primera persona con la que me cruzo” pero me pareció demasiado divague y no era el lugar ni el momento, así que como asumir el papel de zorra de vertedero iba a ser más práctico y fácil, lo hice...

Yo: No, no hice nada.
B: ¿Y por qué?
Yo: Porque estaba tomando sol en la piscina.
B: Se nota. Te veo más quemado.

Estábamos en penumbras. Hasta ahora me pregunto cómo hizo para darse cuenta de que yo estaba quemado. ¿Ojos con visión láser, tal vez? My hero! Y luego continúa el parloteo...

B: Yo vine con unos amigos que estaban abajo, me estaban retando porque me retrasé y no llegaba. ¿Y qué tal tu baño de sol? ¿Tomás sol con algo o sin nada?
Yo: Tomé con un boxer, es que soy tímido... jeje...
B: ¿Será?
Yo: Soy demasiado tímido (con una cara de hambre impresionante que no iba para nada con lo que acababan de decir mis labios)

Entendió el mensaje y su boca saltó a devorar la mía. Un hombre con el aliento limpio me pone a mil. Éste lo tenía impecable, ¡fresco como ventisca que desciende de los Alpes! Nunca fui a los Alpes pero el aire ahí debe saber como su boca. :)

La ventisca puso mi woohoo! listo en menos de dos segundos. Empezamos a atracar ahí mismo, tratando de mezclarnos un poco con la penumbra pero los babosos y curiosos no tardaron en aparecer como aves de rapiña revoloteando.

Entonces “mi novio” toma mi mano y me dice: “Vamos a un lugar más privado” refiriéndose a las cabinas. ¡Pobre! Él no sabía que odio esas cabinas. Son una cosa de terciada de 1 mt. x 1 mt. y un banquito deplorable. Y con justa razón hace honor a su nombre de “cuarto oscuro”: no se ve ni un dedo. Y cuando estás con un hombre como él, verlo es un must! Pegando mi nariz a la suya le susurro:

Yo: Dame 40 segundos y regreso con algo...
B: ¿Qué es?
Yo: Ya vas a ver...
B: Jajaja... ¿qué será?
Yo: 40 segundos y ni un segundo más...
B: Jajaja...
Yo: No te escucho contando...
B: Jajaja... 40, 39, 38...

Bajo como alma que lleva el diablo y le pido al bartender que me alquile la pieza de masajes. Es una pieza mucho más amplia, con una camilla y buena iluminación. Mil veces mejor que el calabozo del cuarto oscuro. Tardo en ubicar al chico que me tiene que dar la llave y estoy a punto de estallar por todos los poros como el  Speakerphone Projection cuando finalmente aparece, me lo da y regreso volando donde mi amado.

Él sigue recostado por la pared, y cuando me ve llegar dice: “10, 9, 8, 7...”

Me reí, le di un beso y entramos a la salita. Miró y me dijo que no sabía que existiera algo así ahí dentro. Yo le dije que tampoco lo sabía y me reí. Se saca la toalla y ver ese cuerpo en la luz, hizo que me arme al segundo (se me había bajado cuando fui a buscar la llave y tratando de ubicar al bartender).

Se acercó, nos besamos... ¡ese aliento nuevamente! ¡fascinante!. Le comí la boca, me puse violento y me dirigí con fuerza a sus pectorales. Eso lo volvía loco, sus gemidos lo decían todo. Le estrujaba con fuerza por la cintura mientras tocaba sus nalgas durísimas y paradas. Me ponía loco... a mil.

Sin mediar palabra, se bajó y se llevó mi woohoo! a la boca. Chupaba como los dioses y no tenía mayores problemas con las embestidas, cada vez más brutales, que yo iba dando a su garganta. Me fascinó eso. Luego, me senté en la camilla mirándole mientras él sigue chupándolo con todo. Parecía una bestia hambrienta y me ponía a mil.

Con alguien así de fogoso y con ese cuerpo tan perfecto, el cerebro me da mil vueltas y me dan ganas de hacer malabarismos... Lo acosté a la camilla, me subí sobre él, dejando mi woohoo! a la altura de su cara, y yo, simulando hacer lagartijas, iba cogiéndole la boca. Empezamos a sudar que da miedo. La química era explosiva, hasta que me dice las palabras: “Quiero hacerlo”.

Lo tomé con cautela. Él tiene un prominente miembro, cuyo volumen me aterroriza. Me encanta jugar con él pero para dejarlo estar dentro mío, ¡esa es otra cosa!. No sé si viva para contar la historia, jajaja... La última vez que estuvimos juntos, dijo que quería dármela por detrás. Logré amagar muy bien y no pasó nada. Esta vez estaba con temor de que salga con el mismo ofrecimiento pero para suerte mía, él solito asumió una posición de entrega. Suspiré tranquilo y me puse el preservativo.

Brutal. Alucinante. Fenomenal y cualquier palabra similar que pudiera usar se quedan cortas. Vuelvo a repetir, la química sexual era explosiva. Entre sus jadeos de macho (que me ponen a mil), la forma en que me miraba a los ojos mientras lo envestía y sentir todo ese cuerpo bien trabajado hizo sacar my beast within.

No sé cuánto tiempo pasó pero fue muchísimo, hasta que en un momento me dice...

B: Estoy a punto de largar.
Yo: …
B: ¿Vos estás por acabar?
Yo: Yo recién estoy empezando.
B: No creo que aguante, me estás volviendo loco.
Yo: Si querés largar, largá. Quiero que largues mientras yo te sigo bombeando...

Le decía estas cosas con una sonrisa perversa dibujada en el rostro. Creo que le gustó porque puso cara de estar en éxtasis (o a punto de morir, no sé...) y se vino ahí mismo con un jadeo largo, profundo y muy ronco.

Saqué el preservativo, me masturbé y terminé sobre él. Nos quedamos acostados un rato riéndonos y hablando. Iba a pedirle su número pero si las cosas están bien así, ¿para qué cambiarlas?

Estoy seguro de que nos volveremos a ver y nos espera otra sesión y sí, voy a hacer que sea más explosiva que la última vez. Mientras tanto, me concentro en mi entrenamiento y en todas las actividades de esta semana, que son bastantes.

Lo sé, lo sé, estoy planeando de antemano otro encuentro con él y cuando cosas como éstas se planean, no suelen salir según lo esperado, así que no me voy a calentar demasiado la cabeza con el tema... Pero así y todo, ¡Estrellas, ilumínenme y que vuelva a aparecer el domingo que viene! Jajajaa...

Los tendré al tanto. :)

2 comentarios:

  1. Me quedé WOW con tu historia! Muy HOT la cosa con el Barbudo y eso de hacerle SPINNING AROUND con tu WOOHOO! en su boca :D

    Espero ver publicadas pronto esas fotos de Sauna, para opinar también! jaja.

    Wallace

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  2. Es que "El Barbudo" sabe qué botones tocar para volverme loco, jajaja... Es sólo verle y mis panties caen solas... Y de Kylie aprendimos tanto: clase, elegancia y también zorrerío. En realidad fue un mashup "Spinning My Woohoo! Around". ¡Qué alguien me detenga!

    Lo de las fotos... coming soon! ;)

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