“Quiero volver a empezar. Pararme y saber deshacer las redes con las que el ego me dejó sin poder volar” nos rezaba Fey en su “Sé Lo Que Vendrá/The Other Side” de aquel infravalorado disco “Vértigo” (Nota mental: un canción por canción de este disco pero YA!) y no puedo estar más de acuerdo. Es como si yo la hubiera escrito o, ejem... para ser más modestos, es como si haya sido escrita pensando solamente en mí.
No sabré decir cuántas veces me pregunté cuándo volverían las ganas de escribir y sacar a este blog de su largo sueño. Este tiempo sin escribir fue un breve período de aparente felicidad, seguido de días muy oscuros. En honor a la verdad, no sé cómo hice para superarlo pero aquí estoy y en una pieza. Me lastimaron, me dolió, quise odiar pero traté de canalizar todo eso en algo positivo: poder crecer más. Al principio me parecía imposible, pero cada día se volvía un poquito más fácil.
Poco a poco van volviendo las ganas de escribir, de vivir, de comer, de dormir, de tener sexo... Y es que ¡nada es para siempre! Ni siquiera el desgano. Aunque no todo fue malo… Gracias a esto me tocó conocer gente increíble
Me sentía frente a un gran precipicio con un angosto y precario puente. De mí dependía llenarme de valor, cruzarlo y ver qué me espera al otro lado o rendirme y dejarme caer. Elegí aventurarme. No sé qué haya más allá pero no me voy a rendir.
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