lunes, 13 de febrero de 2012

Better The Devil You Know? (Vol. 2)


En capítulos anteriores…

“Chico 2 es guapo y lo sabe. Coincidimos miradas en la disco, todo parece indicar que hay onda pero ninguno de los dos cede. Ya casi al terminar la noche y cuando estoy cada vez más convencido de dar el primer paso lo veo marcharse y me quedo odiando la vida pensando que no lo volvería a ver. ¡Más equivocado no podía estar!”

“Es que era perfecto. ¡Todo sobre él era pefecto!” me repetía el resto por la velada y las primeras horas del domingo. Llegué a casa, me duché, dormí y desperté cerca del mediodía. Acordamos con los chicos en hacer la despedida de mi Disco Sister en el 945. (Regresaba a Río de Janeiro luego de una breve semana de visita)



La tarde estaba total. Sauna, piscina y buenos amigos. Y yo un poco triste, por el episodio de la noche anterior, y un poco caliente a la vez. ¡Qué combinación! En esas, haciendo un poco de sauna seco diviso por la ventanilla de la puerta a Chico 2, preparándose para una ducha.

¡No podía creer lo que veía! ¿Acaso Cupido, muy cagador conmigo últimamente, me estaba dando una segunda oportunidad? Todo parecía indicar que sí. ¿La iba a desaprovechar? ¡Por supuesto que no! Lo vi desnudo y fue algo distinto a verlo sin ropa. Tenía panza. Este detalle había quedado estratégicamente disimulado con la ropa que llevaba la noche anterior. No niego que fue un bajón pero volví a pensar pronto en mi plan A que consistía en hacerle charla. La química ya estaba ahí, sólo faltaba atreverse.

Veo que viene directo al seco, donde me encuentro yo ¡completamente solo! ¿Puede ser más perfecto? El universo apostando por mí, finally! Entra y me ve solo y veo que le impresionó volver a verme. (¡¿A quién podría no impresionarle? Jijiji) y se sienta en un lugar neutro… ni tan lejos, ni tan cerca. Hace una mirada general al sauna como si fuera la primera vez que iba (¡seguro!) y luego me mira.

Yo: Hola.
Chico 2: Hola.
Yo: ¿Cómo estás?
Chico 2: Bien… (con aires de sobrador)
Me esperaba un “¿Y vos?” que jamás llegó. Algo no me cerraba.
Yo: Te vi anoche en la disco.
Chico 2: Sí, estuve ahí.
Yo: Te vi muy solo…
Chico 2: Entré solo y salí solo. (Aumentando el aire de sobrador)
Yo: ¿Cómo te llamás?
Chico 2: José, ¿y vos?
Yo: Javier. Mucho gusto, José.
Chico 2: Igualmente.
Yo: ¿Cuántos años tenés?
Chico 2: Veintisiete. (Extendiendo los brazos y “mirando” el techo con los ojos cerrados.)

Bastó sólo minuto y medio para darme cuenta de que era la

Resultó ser una sabandija arrogante que pensaba que por tener una cara linda lo tenía todo servido. As if! Y a estas alturas del campeonato no estoy para soportar esas cosas, así que me disculpé y salí de ahí.

Volví a recordar lo difícil que es conocer a alguien que valga la pena en Asunción pero cuando pensé que ya no había esperanzas, vuelve a aparecer él. ¡Quién más! El Barbudo. ¡Mi Bardudo! Y me lanza una sonrisa. Puse mi actitud “zorra de vertedero” en modo activado y sonreí mientras él se iba acercando. No dijo palabra y, en seco, me estampó un beso. Lo miré un poco sorprendido (tratando de no salir del papel de “Bad Girl”y me dice: “Estuve esperando ver esa figura toda la semana”. ¿Quién no se derritiría con un comentario así? Uno sabe bien que es mentira pero no se puede evitar caer ante ese encanto. ¡Maldito embustero!

Atracamos a full en “nuestro rincón”, entramos a la salita y consumamos el acto. Nos devoramos vivos, hicimos temblar las paredes, sudamos que da miedo y cualquier expresión que se le pueda ocurrir a uno. Y aún así, las palabras quedan cortas. Sabe qué tocar, cómo tocarlo y cuándo tocarlo. Es como que se hubiera memorizado el manual de instrucciones de mi cuerpo y eso me enloquece.

Terminamos, nos besamos y hablamos un poco. Ya nos decía Kylie: “Mejor malo conocido (El Barbudo) que bueno por conocer (José)” y se quedaba corta…


Fue la cuarta vez que lo hacíamos con el Barbudo y esperaba que el misterio se diluyera un poco más y me diera su número (¡yo no se lo voy a pedir!) y confieso que quedé medio escandalizado cuando no me lo dio. O sea, ¿cuándo piensa dármelo? No le pido porque no quiero que piense que mis intenciones son más serias o algo así, por eso espero que sea él quién se manifieste pero no pasa nada.

Tengo un as bajo la manga para la próxima vez que lo vea y espero conseguir ese número basado totalmente en mis métodos de persuasión, jijiji… así que la próxima vez que postee algo de él, espero poder decirles que ya tengo su número. J


Por cierto, soy todo ojos para cualquier otra estrategia para conseguir ese número, así que si surge alguna idea, yo agradecido de por vida… Jajaja!


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